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martes, 28 de febrero de 2012

MENSAJE DE HUMO


 Ya no podía más. Aquél hombre se sentía hastiado. Cansado de su situación, decidió ir en busca de sus mejores armas.

        Entró en su despacho y abrió un cajón de su mesa de melamina de color nogal que nada tenía que ver con la de su antigua cas
a , una mesa hecha a medida en caoba con incrustaciones de marquetería que era una auténtica joya. De su interior sacó las armas que él mejor manejaba. Cogió una de las plumas de su colección, regalo de su nueva esposa con motivo del primer aniversario de su matrimonio y un taco de folios en los que pretendía plasmar su lucha interna para hacer desaparecer esa extraña sensación que sentía en su interior, unos sentimientos a los que no estaba acostumbrado y que le hacían sentirse mala persona.



Se encerró en su pequeño despacho, que ofrecía una apariencia recogida y limpia, tenía todo lo que necesitaba a mano. Se acomodó en su sillón de cuero negro y comenzó a descargar sobre el papel todo lo que en esos momentos sentía.


        “Quiero deshacerme de estos pensamientos nocivos que me torturan, de estas sensaciones tan extrañas para mí,
nunca he sentido esta pesadumbre que me acongoja y no me permite dejar atrás una vida que ya terminó, ¿por qué tanta maldad en tus actos? ¿Tanto rencor en tus palabras?
Libérame. No alteres mis sueños. Te veo correr hacía mí en un largo y frío pasillo, iluminado con una brillante y potente luz que me ciega la visión, te vas acercando ágilmente, ya estás aquí, puedo adivinar en tus manos un objeto que brilla y que empuñas con las dos manos levantadas, un cuchillo, noto que un sudor frío me recorre la espalda, el terror no me deja reaccionar y me quedo paralizado, cuando siento la fría y afilada hoja penetrando en mi interior, me despierto bruscamente y entre gritos de la pesadilla que cada noche se repite".

        En el interior de aquel hombre desesperado algo se iba removiendo
, sentía el reflujo en su pecho y en su garganta el sabor amargo de la bilis. Mientras escribía, las lágrimas le resbalaban por las mejillas emborronando las letras, pero le daba igual. Pretendía destruir todo lo que hubiera escrito en el fuego de la chimenea del salón y convertir sus palabras en humo para mandar un mensaje que llegara a su destinatario y hacerle comprender que su odio y su rencor no conseguirían cambiar la felicidad y el amor que había encontrado con su nueva esposa.


        "Estoy cansado y aturdido
, cada llamada de teléfono es un sin vivir, deja ya de provocarme y vejarme, de insultarme cada vez que puedes y sobre todo aquella vez que lo hiciste delante de nuestra hija, y a mi mujer, sí, esa a la que tu llamas... ¿Cómo era? esa guarra, sí, así llamas a la mujer que cuida de tu hija como si fuera la suya propia, si pudieras ver los abrazos y los besos que se dan, las confidencias entre ellas y la felicidad que siento al verlas sonreír...pero no, te obcecas y no quieres ver la realidad, ¿no puedes entender que ya se terminó y que ahora ya eres un personaje secundario en mi vida, que lo que tienes que buscar es la felicidad de esa niña que es lo más grande de nuestras vidas? ¿no puedes entender eso?. Siento rabia y necesito expulsarla de mi interior y pasar página, déjame hacerlo, no me hagas sufrir más, siempre estarás ahí, lo sé, es inevitable, pero intentemos hacer que las cosas sean sencillas, que los veinte años que estuvimos juntos queden como un buen recuerdo y no como un tiempo perdido en una vida que pasa rápido y cuando te quieres dar cuenta, voló. Tenemos una segunda oportunidad, y yo la quiero aprovechar, volver a sentir ese amor, esa pasión, esos sentimientos que un día tuvimos y ya desaparecieron para no volver”.

        Sus manos temblaban, recordaba el día en que volvió a casa de sus padres, un día triste y frío de enero. Aquella tarde salió hacía su trabajo y se despidió de su hija con un beso y un abrazo más efusivo de lo normal.

        “Mi mente ya no aguantó más, estaba enfermo, sentía una fuerte opresión en el pecho, las lágrimas brotaban de mis ojos sin saber porqué, mis brazos y piernas temblaban, sudaba a pesar del intenso frío y apenas podía respirar, era como si unas manos invisibles me apretaran el cuello, el pecho me estallaba, me monté en el coche y me dirigí a mi trabajo, al que llegué casi por inercia, como si flotara por la carretera y una vez allí supe que ya no volvería más a esa casa, la que había sido mi hogar los últimos ocho años de mi vida, en la que había sentido en los últimos tiempos la más absoluta de las soledades, ¿se puede llamar hogar a un sitio donde uno se siente como un extraño?
Estuve toda la tarde paralizado, no me atrevía a tocar ninguna máquina de mi taller, los dedos no se venden en la ferretería, por lo que me acomodé en la vieja silla de la sucia y desordenada oficina, intentando controlar mi mente y mis emociones, mientras deseaba que aquella tarde pasase sin que ningún cliente se acercara y pudiera encontrarme en aquel estado de nervios y desazón que me envolvían”.
       Pasado un tiempo, que no se  atrevería a calcular, el que llegó al taller fue su padre, que de vez en cuando se acercaba por allí, para hacer una visita y preguntarle si necesitaba ir a algún recado o lo que fuera menester.
        — Papá, llévame a casa, ya no aguanto más — me abracé a mi padre y rompí a llorar en su hombro como cuando era un niño y encontraba la protección de sus fuertes brazos.                                                                                                                                                   — Tranquilízate hijo, cuéntame que te ha pasado y no llores más — me dijo mi padre abrazándome y pasándome la mano por la espalda de arriba a abajo en un gesto de cariño.
        — Creo que te lo puedes imaginar, papá, no puedo volver con esa mujer, ya no puedo más — no podía parar de llorar y temblar, apenas podía respirar y sentía que las piernas me fallaban. 
 Venga, móntate en el coche y sosiégate, que mientras yo cierro las puertas del taller — me dijo con el cariño que solo un padre puede dar en esa situación.
Al llegar a casa de mis padres la escena volvió a repetirse, ésta vez abrazado a mi madre, mientras sollozaba entre lágrimas “mi hija, la pobre de mi hija, mi hija, que va a pasar ahora con ella”
                                                                              

        La soledad que tenía en su casa pronto finalizaría, sabía que su mujer llegaría en unos pocos minutos, y se encaminó hacia el salón con su escrito en las manos, dispuesto a quemarlo en el fuego de la chimenea, no estaba dispuesto a compartir con nadie la amargura de sus palabras. Mientras se iba deshaciendo de sus folios uno a uno, con el pensamiento y el deseo que todo lo que le corroía por dentro acabara, escuchó el tintineo de unas llaves al otro lado de la puerta, escuchó como unos pasos se acercaban por el pasillo hacía el salón mientras una voz le llamaba.

        — ¡Esposo, ya estoy en casa! — Dijo su mujer con un sonido alegre y dicharachero —. ¿Dónde estás, cariño? —  Preguntó con un susurro tierno y dulce.
         Estoy en el salón — respondió con voz nerviosa echando al fuego todos los papeles que le quedaban. Ven y arrímate al fuego que debes tener frío, ¿qué tal el trabajo?
        Aquella tarde ella no había ido a trabajar, había pedido la tarde libre para acudir a una cita muy importante, para ella la más importante de su vida.
Llegó al salón y se dieron un beso en los labios.
        — Te noto un poco nervioso, ¿te pasa algo?
         ¿Eh? no, nada, nada en especial, solo pensaba que sí sería cierto que si uno cierra los ojos muy fuerte y pide un deseo, éste se haría realidad, al menos eso es lo que me decía mi madre de pequeño, pero nunca lo puse en práctica.
         Esta tarde no he ido al trabajo — le dijo mientras se quitaba el abrigo verde que él le había regalado hacía unos días para los reyes y que tanto le había gustado —.  Y si, si lo pusimos en práctica, hace unos dos meses, ¿te acuerdas? — Le cogió las dos manos y se las pasó por su vientre —. ¿Recuerdas lo que deseamos con tanta fuerza aquella noche delante de ésta misma chimenea? La carta que escribimos los dos y que luego quemamos, dijiste que el humo de ese papel volaría tan alto que alguien de ahí arriba nos ayudaría a cumplir nuestro deseo, y se ha cumplido, aquí dentro, en mis entrañas, ha brotado una nueva vida.
        Se fundieron en un emocionado abrazo, mientras él le susurraba al oído: Ahora lo sé, mi vida, todo irá bien.                               

23 comentarios:

Pilar dijo...

Sigue escribiendo así de bonito Miguel Ángel, que me haces sentir contenta con tu alegria.Un abrazo, PiLar G.

Beg dijo...

Ya sé que no es nuevo si te digo que los lagrimones afloran veloces por mis mejillas, pero nuevamente lo has conseguido. Enhorabuena lo primero, ya me estas diciendo en cuanto lo sepas los patucos de que color tienen que ser...Que vaya todo muy bien, os deseo de todo corazón que disfruteis de cada segundo de esta nueva etapa. Un besazo.

Anónimo dijo...

Me ha encantado este relato, cada vez lo haces mejor, Miguelillo. Haces que nos emocionemos leyendo lo que escribes. Gracias por compartirlo!
-María Fele-

Beg dijo...

Yo sigo con los patucos por si acaso...jajajaja

Maite Barrios Zambrano dijo...

Me ha gustado mucho, está muy bien escrito. Un besos.

Miguel Ángel Zambrano García dijo...

muchas gracias prima, otro beso para ti

Daniel Rubio dijo...

Gran historia amigo, y es que cuando se escribe desde las entrañas, salen cosas así.

Un abrazo.

Jane Austen dijo...

Te lo voy a poner tal cual te lo dije cuando leí este relato por primera vez:
Lo que mas te llega al alma es la deseseracion del hombre... su angustia... la forma en la que reconoce que su ex mujer siempre formara parte de su vida por el vinculo que ambos tienen con su hija.
Pero lo que queda patente es que quiere seguir adelante sin tener que llevar sobre los hombros la pesada carga que supone su anterior relacion.
En el relato queda patente que el a pasado pagina... pero que las circunstacias... (una ex enfermiza ) no le permite acabar ese capitulo de su historia y seguir escribiendo el libro de su vida.
La niña es un tema que lo inquieta... creo que teme lo que su ex pueda decirle para predisponerla contra el... queda claro que es una mujer desequilibrada... y el un hombre que ha soportado un gran pesar durante mucho tiempo... pero que tiene la fuerza suficiente para salir del pozo que supuso para el su relacion y vivir una vida nueva con una mujer que lo ama y a la que ama a su vez.
Quiza lo que mas me ha llamado la atencion a sido justamente eso... su valor para seguir adelante... para volver a confiar en el amor despues de tantos años de amargura.

Es fantastica tu forma de escribir y describir la desesperacion... y creo que queda patente que has debido de sufrirla en carne propia para poder narrarla de esa forma tan especial que hace que quien lo lee... lo sienta en el fondo del alma.
Gracias por hacernos participes de tan conmovedor relato Miguel.

Un abrazo enorme.

Miguel Ángel Zambrano García dijo...

Me dejas sin palabras, como la primera vez que te enseñé el relato, sólo decirte que muchas gracias porque me animas a seguir contando historias.un beso

mientrasleo dijo...

Hola colega:
Ya sabes lo que opino, haces de tu mundo privado un espacio público para deleite de los que te leemos.
Espero que sigas haciéndolo.
Besos

Anónimo dijo...

Pues que quieres que te diga, ya sabes mi opinión, con la lagrimilla luchando por salir. Pero que bien que escribe nuestro chico, jeje.

Caaj.- dijo...

Me ha encantado...sigue por esta senda y encontraras otros caminos, que te llevaran a hacerlo aun mejor si cabe...Tienes amigos que te aconsejaran de la mejor manera posible, para ayudarte, en lo que puedan. Una historia muy apasionada…con buenas dosis de amor y ternura.
Cada vez, mejor….
Un abrazo.-

Anónimo dijo...

Sin comentarios.......contar la vida privada.....sin comentarios......

Miguel Ángel Zambrano García dijo...

no se quién serás, pero si te puedo decir que toda ficción, pienso yo, conlleva parte de la realidad de quien escribe, lo que no me voy a parar es a explicarte cual parte sería la de ficción y cuál la de realidad, de todas maneras espero que te haya gustado, seas quien seas.

Daniel Rubio dijo...

Toda mentira contiene verdad. Eso es así amigo Miguel, y si el autor/a de ese comentario se da por aludido igual es porque ha vivido la cara oculta de la moneda en una historia parecida. Señor anónimo, esto es ficción argumentada en una experiencia, o no, quién sabe...

Un saludo para los dos.

Jane Austen dijo...

Pocas explicaciones hay que darle a quien no entiende de arte...
Así que lo único que tengo que decirle al amig@ del anónimo es... sin comentarios.

Miguel Ángel Zambrano García dijo...

ahí le has dao¡¡¡

FELIX JAIME dijo...

ya te lo comenté en Wattpad y te lo vuelvo a decir ahora. me ha tocado la fibra, amigo, y cuando eso sucede, hay que felicitar a quien lo ha conseguido, así que, felicidades.

Y en cuanto al comentario del anónimo...Demasiado has hecho con prestarle atención.

!Sigue así!

Miguel Ángel Zambrano García dijo...

Muchas gracias Félix, agradezco muchísimo tus palabras.un abrazo amigo.

azucena zambrano dijo...

Soy la hermana del "escritor" (lo digo entrecomillado porque su verdadera profesión es ebanista y de los buenos)
Sólo quiero decir que me siento muy orgullosa,al igual que toda la familia, de tener entre nosotros a un ser maravilloso capaz de darle vida a cualquier texto de una manera tan sutil e inteligente.
A mi no se me da bien esto de escribir pues, como vulgarmente dicen, "soy de ciencias" y no podría escribir un párrafo sin que me salgan un par de fórmulas magistrales.
Sabes que no pude evitar derramar unas cuantas lágrimas cuando leí el borrador por primera vez...hoy en día sigo llorando. Lloro porque, en cierto modo y como todos dicen por aquí, todo relato tiene parte de ficción y parte que no lo es tanto.
Por ello,darte la enhorabuena y las gracias por ser mi hermano mayor.Un hermano al que me parezco tanto física como mentalmente y por ello me siento MUY ORGULLOSA.
Todos sabemos que hay un pasado que se fue,un presente por el que luchar y un futuro para evitar cometer los mismos errores.
Y sin más, sólo darte un consejo...LA MEJOR MANERA DE SER FELIZ ES TENER MALA MEMORIA.

Miguel Ángel Zambrano García dijo...

hola hermana, gracias por tu comentario y por el consejo... cual era??? no me acuerdo, que mala memoria jajajaja.
Yo también estoy orgulloso de tener una familia que me ha apoyado en todo momento y en todas las decisiones que he tomado en mi vida.
Ah se me olvidaba, eres muy guapa, como tu hermano el mayor jejeje, un beso

Anónimo dijo...

Merci pour la critique sensée sur miguelzambrano39.blogspot.ru. Moi et mon voisin ont été simplement prépare à faire quelques recherches à ce sujet. Nous avons eu un prendre un livre dans notre bibliothèque locale, mais je pense que j'ai appris plus de ce poste. Je suis très heureux de voir ces informations étant très partagés librement là-bas.

Anónimo dijo...

Emocionante...Françoise