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lunes, 24 de diciembre de 2012

RECUERDOS


Última noche en que "Encarna la del Manila", mi madre, friega los pasillos de esta centenaria casa. Por ella han pasado varias generaciones de esta familia. Recuerdo a la abuela Carmen sentada en su sillón de anea. ¡Cómo nos gritaba a mis hermanos y a mí! Aquella zapatilla lanzada por mi madre, dirigida a nosotros y aterrizó en la cabeza de la abuela. —  ¡Que me has pegado, gran puta! —  Le gritaba a mi madre, mientras nosotros nos meábamos de risa.

domingo, 18 de noviembre de 2012

MIENTRAS DUERMES

             Duermes. Sentado a tu lado escucho tu respiración. Tu pequeña congestión te hace respirar con la boca abierta. Sigues con las gafas puestas, pero no te molestan en tu profundo sueño. Un mechón de pelo cae sobre tu cara. Inconscientemente lo retiras con un agil movimiento de tu mano izquierda.   Relajada en el sillón. Los cinco días de descanso que vienen tienen mucha culpa de ello, te los mereces. Me gusta verte dormir, pero me gusta más verte despertar, cada mañana, a mi lado.

        Mamen Matamoros, pienso en tí cada minuto de mi vida. Te amo.

sábado, 6 de octubre de 2012

ES TIEMPO DE MANZANAS


Siete y media de la mañana. Hace cinco minutos que sonó el despertador de su marido. Se despierta sobresaltada y se levanta de la cama de un brinco. Mira el reloj, “es tardísimo”, piensa. Busca en el suelo la ropa interior y el pantalón del pijama de franela, al que su marido llama “el traje de astronauta”, no hay nada de carne al aire. Se pone la bata y las zapatillas de andar por casa. Pasa por delante de la cómoda y se ve reflejada en el espejo. Como cada mañana, no le gusta lo que ve. “Que mala cara tengo”.

martes, 18 de septiembre de 2012

EL SECRETO (6)


La hora de su cita se aproximaba y su inquietud aumentaba por momentos. Se había puesto una camisa de seda blanca y una corbata gris, unos pantalones vaqueros negros y una americana a juego. Algo en su interior le decía que un peligro se cernía sobre él, pero rápidamente se quitaba esa absurda idea de la cabeza. ¿Quién podía ser DR? ¿Algún bromista? No conocía a nadie con esas iniciales. ¿Qué le podía hacer Ana? Era una chica adorable y parecía bastante sincera cuando había hablado con ella. Le había ayudado mucho en sus investigaciones sobre el código que andaba buscando. <<El código>> —  Pensó.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Mis primeras letras impresas

En el siguiente enlace, concretamente en la página 106, podéis compartir conmigo la emoción que sentí al ver impresas por primera vez mis palabras. Se trata del relato con el que gané un concurso, titulado "Como cada Lunes". Creo que merece la pena que el que no lo haya leido hasta ahora, le eche un vistazo.
http://www.fuentedelmaestre.es/contenido.php?id_area=36

domingo, 9 de septiembre de 2012

DESDE MI CORAZÓN


Todos los días, reflejabas en tu cuaderno esos pequeños detalles de la vida, que engrandecen a una persona.
Dejaste marcado en tinta el paso de una vida, hasta que un día, no pudiste recordar...

         —  Herminia, ¿qué puedo escribir?, no recuerdo nada de lo que  he hecho en todo el día…
        Ahora, y con tu permiso, cojo el relevo para continuar con tu diario y te hago un pequeño resumen de lo que han sido nuestras vidas desde que te marchaste.

lunes, 27 de agosto de 2012

Xonioreca


Un día, aquella bruja desgreñada, de piel arrugada y verrugosa, tan encorvada que su frente casi rozaba sus huesudas rodillas, se miró en “el espejo del Alma que todo lo ve”, y no se reconoció.
-         - ¿Quién eres? – Gritaba con una voz estridente y aguda, si bien sus oídos parecían escuchar música celestial. En la cavidad del ojo que algún día estuvo allí, veía unos bellos y azules ojos de mirada profunda.
-        -  Soy tu belleza interior. – Contestó una voz que parecía venir de otro mundo.
La vieja bruja, sorprendida, veía cómo una joven y bella doncella, parecía flotar sobre las olas de un mar azul, sonriente, feliz. Su ondulado cabello era mecido por la suave brisa marina. Parecía una princesa de cuento de hadas, de las que ya no existen.

viernes, 6 de julio de 2012

El secreto (5)

Carlos, el aprendiz de escritor, continuaba con su busqueda de información. Sin darse cuenta se había encontrado inmerso en un mundo que le desbordaba. Estaba superado, a veces sentía que alguien seguía sus pasos, le daba la impresión que alguien le vigilaba. No era la primera vez que en su casa le había parecido que algo raro pasaba, encontraba objetos en sitios distintos de donde creía haberlos dejado. No le daba mucha importancia, últimamente su cabeza se encontraba en otros mundos.

sábado, 16 de junio de 2012

UN TROCITO DE MÍ


Me encuentro delante del teclado sin saber que escribir, pienso y no se me ocurre nada que merezca la pena ser contado, mi vida siempre ha sido de lo más normal. Acabé la EGB con 14 años y aquel verano, al acabar el último curso, ya estaba con mi padre trabajando en su taller de carpintería.
Hubiera preferido seguir estudiando porque la verdad es que no se me daba mal, no era ni de los buenos ni de los malos, era de los mejores, como me dijo un día un albañil en una obra en la que estaba montando las puertas: “Tu siempre di que eres de los mejores, ni de los buenos, ni de los malos”, y esas palabras se me quedaron grabadas. Cada vez que coincido con este hombre recuerdo aquellas palabras.
 Ahora, con cuarenta años, me he dado cuenta que lo que hizo mi padre por mí, no tiene precio. Me enseñó, sin darme cuenta, que la vida no es como pensamos cuando tenemos esa edad tan mala, como es la adolescencia, cuando pensamos que todo lo que hacen los mayores es para “jodernos” la vida, que lo mejor que podían hacer es dejarnos en paz, que no tienen ni idea de lo que hablan porque nosotros ya “lo sabemos todo”.
Tampoco di muchos problemas, es lo que tiene echarse novia con quince añitos, (y lo peor es que ella tenía trece). Supo conseguir que lo que me parecía a mi más bien un castigo, tener que trabajar con catorce años es ahora, en este tiempo, inimaginable, en que la sobreprotección que ejercemos sobre nuestros hijos les está convirtiendo en una especie de inútiles medio analfabetos, que amara un oficio, mi oficio, el suyo de toda la vida. Trabajar con la madera se ha convertido en un arte para mí. Son muchos años los que se necesitan para llegar a dominar algo casi a la perfección, muchas horas observando al principio, muchas broncas cuando algo no lo hacía bien, incluso lágrimas de rabia y desesperación, de impotencia, que supe aguantar como poca gente haría hoy en día, y ahora veo, con toda claridad, que lo hacía buscando mi bien, que aprendiera y me convirtiera en su sucesor, como así ha sido con el paso de los años. Él ya viene poco por aquí, si bien yo llevo aquí, en el taller desde los catorce, a él no le quedó más remedio que empezar desde muy niño, y ya, casi con sesenta y cinco, está, cómo se suele decir, muy trabajado, y ya le toca descansar, aunque sé que lo echa de menos.
Hay cosas, que vistas con la perspectiva y la claridad que dan el paso de los años, que no volvería a repetir, o quizás sí, no lo podría asegurar. Me viene a la mente ahora mismo, lo de tener novieta con quince años, me parece una verdadera locura, y así terminó la cosa. Aunque también, en aquella relación conseguí lo más preciado que un padre puede tener en su vida, una maravillosa niña, que se ha convertido en una de las razones de mi existencia, la que me hace sentir una felicidad inmensa con su sonrisa, cuando me cuenta historietas propias de su edad, de sus nueve años, camino de diez, sus amigas, sus novios, ¿Quién no ha tenido un novio o una novia con diez años? ¿O unos cuantos a la vez? Esa edad nunca deberíamos abandonarla, esa sí que es la edad de la inocencia, una época que deberíamos esforzarnos por no abandonar nunca, intentar no dejar de ser un niño, es tiempo de aventuras, de juegos, de felicidad.

              He vivido la soledad en compañía, es difícil de explicar, pero es más difícil vivirla. Te agarras a cualquier tabla de salvación, en mi caso al deporte que siempre me ha apasionado, el fútbol. Jugar al fútbol en el equipo del pueblo me ayudaba a que el tiempo pasara más deprisa. Después llegó la época de entrenador, mucho más corta que la de jugador y bastante más dura y sacrificada. Ahí, en esos años, conocí al que es hoy el amor de mi vida. Era una más del grupo, trabajaba en la directiva como la que más. Ahí estaba, y yo sin saberlo.

            Los libros fueron mi siguiente compañía. Me convertí en un devorador de historias. Mi mente empezó a darse cuenta de que había otros mundos por explorar, que la vida insulsa que llevaba, no me conduciría a nada bueno. Sé que los libros son buena compañía, pero no se pueden comparar con el calor humano, y éste, me faltaba desde hacía bastantes años. Desde que nació mi hija, aunque suene raro, empecé a sentirme más solo que nunca. Ya nada volvió a ser como antes. Me convertí en una especie de electrodoméstico que servía para traer el dinero a casa, y pasar el tiempo libre tumbado en aquel carísimo sillón, con cualquier libro entre las manos.

           Mi cabeza explotó. No hay nada que se controle menos que una cabeza enferma, y un corazón abandonado.

martes, 12 de junio de 2012

EL SECRETO (4)


Se encontraba ansioso, Samuel sentía en su interior un cosquilleo que le angustiaba. Necesitaba saber qué quería decir su padre con aquellas palabras. “Creo que estás preparado”. No entendía nada, tanto misterio le causaba una sensación de incertidumbre que no llegaba a comprender.
-         - Papá, cuéntame ya, ¿para qué estoy preparado? ¿qué es lo que ocurre? – le dijo aferrándose a los hombros de su padre y mirándole fijamente a los ojos.
-        - Somos guardianes, hijo, guardianes de una clave, un código. Nuestra familia lleva cientos de años guardándolo con sigilo y discreción. Un secreto que jamás, ¿has oído bien?, jamás, debes contar a nadie. Sólo lo contarás a tu primer descendiente, cómo estoy haciendo yo ahora contigo. – El tono profundo de su voz denotaba la solemnidad del momento. Es de vital importancia que sepas guardar el secreto, ¿serás capaz de hacerlo?

lunes, 4 de junio de 2012

EL SECRETO (3)

Samuel, que así se llamaba el hijo, palideció ante lo que estaban viendo sus ojos, no lo podía creer.
- ¿Qué te pasa Samuel?, pareciera que has visto un fantasma. - Le dijo su padre con una sonrisa y una mirada tranquilizadora.
- Es que, es imposible, ¿cómo....?.
Se acercó a su hijo y le puso la mano sobre el hombro para tratar de calmarlo, mientras con la otra tomaba el álbum de fotos.
- Enseguida lo entenderás, déjame explicártelo. - Abrió el álbum y fue pasando retratos hasta llegar a aquél que había provocado que su hijo tuviera aquella reacción, por otra parte, ya prevista por él.
- Si, explícamelo, porque no entiendo nada. -En sus ojos se podía leer la curiosidad que sentía en esos momentos.

lunes, 28 de mayo de 2012

EL SECRETO (2)


Aquel aprendiz de escritor, pretendía que sus textos tuvieran vida, alma propia. Intuía que nunca lo conseguiría, eso sólo lo consiguen los genios de la literatura, pero él no cejaba en su empeño. Su cabeza se había convertido en un hervidero de ideas, había entrado en un mundo fantástico, desconocido hasta hacía poco tiempo, y le había encandilado. Era el poder de las letras, de la imaginación, su mundo, en el que últimamente andaba sumergido, hasta el punto que juntar letras se había convertido en algo mágico para él. Sentía que vivía en un mundo paralelo, se encontraba muy a menudo fuera de la realidad y hasta sus sueños se estaban viendo invadidos por extraños personajes  y situaciones más bien surrealistas. Lo que nunca hubiera podido imaginar, es que la historia que acababa de empezar a contar, recién engendrada en su cabeza, se iba a convertir en su peor pesadilla.

jueves, 24 de mayo de 2012

EL SECRETO

En aquella oscura buhardilla, solamente iluminada por los haces de luz que se colaban por las viejas y agrietadas contraventanas, se escondía el gran secreto.
Se había transmitido de generación en generación, y ahora se encontraban en el último tramo de la escalera de caracol que les conducía a padre e hijo a conocer la verdad, una verdad que a lo largo de los años habían sabido guardar con recelo y eficacia. Introdujeron la llave en la cerradura y la hicieron girar. Tras varios chasquidos, el burlón de la cerradura cedió, y la puerta se abrió con un fuerte quejido. Encendieron la luz de la sucia y polvorienta bombilla que colgaba del techo, que no hizo más que mezclarse con el polvo que reinaba en el ambiente. El padre decidió encender la linterna que llevaba en la mano, y dirigió la luz hacia un baúl que se encontraba en un rincón. Hacía bastantes años que nadie subía a aquella estancia. Los ratones corrían entre sus piernas asustados, en todas direcciones. Se encaminaron hacia al baúl, los pocos metros que les separaban, eran una selva de telarañas y objetos de todo tipo repartidos por el suelo. Llegaron al baúl, no sin dificultad, y éste se encontraba cerrado con dos candados grandes y llenos de herrumbre. El padre dirigió la luz de la linterna hacía un manojo de llaves que sacó de su bolsillo. Tras varios intentos, consiguió abrir el primer candado. En el rostro de su hijo se reflejaba la tensión y el nerviosismo del momento. El segundo candado consiguió abrirlo con más facilidad. Cedió la linterna a manos de su hijo y se dispuso a levantar la tapa del polvoriento baúl. La levantó lentamente, observando de reojo la reacción del chico. Se asomó y sacó una pequeña caja, la abrió y le dio el contenido a su hijo. Extrajo de su interior unos álbumes, los abrió, eran fotos, fotos de sus antepasados. Fue observando atentamente, una a una, despacio, recorriendo con la mirada cada rincón, cada pequeño detalle que ofrecían aquellos amarillentos retratos. Su rostro palideció por momentos, sus ojos no podían pestañear, se quedó paralizado, y sólo pudo balbucear unas palabras.
- Tú... Tú... No puede ser... ¿Qué haces tú aquí?.

jueves, 10 de mayo de 2012

TODO IRÁ BIEN

¿Puede haber algo más triste que ver a un amigo tener que abandonar todo lo que ama?. Su mujer, su hija, su negocio, que, aunque le da más disgustos que alegrías, es suyo, su casa, su pueblo, sus colegas, la familia, su ¿país?.
Parece mentira, pero por desgracia así está siendo, estamos viendo como nuestra gente, tiene que dejar lo poco que le queda y, como si hubiéramos retrasado el tiempo unos sesenta años, emigrar a tierras lejanas en busca de la oportunidad que aquí se están cansando de esperar.
Mi amigo no es de lo que sientan a esperar que descampe, de los que piensan que ya vendrán tiempos mejores, no, es de los que le echan un par a la vida, y ha llenado su maleta de ilusiones que un día espera ver cumplidas, un trabajo en condiciones, ver a su hija crecer sana y fuerte en un sitio donde puede encontrar oportunidades para el futuro, y una buena vida junto a su mujer, porque creo que son un par de luchadores y se lo merecen.
Sé que él está llorando, su mujer también, lloro con ellos. Lloro pensando en que pronto vais a estar separados por un montón de kilómetros, aunque sé que será por poco tiempo, que pronto encontrarás lo que buscas, y podréis reuniros de nuevo, y que tendréis todo lo que buscáis y que yo os deseo, una vida feliz y larga, allá donde os encontréis.
Suerte amigo, todo irá bien.

domingo, 29 de abril de 2012

EL ANIVERSARIO

Parece que fue ayer, y ya han pasado trescientos sesenta y cinco días, con sus trescientas sesenta y cinco noches.
Cuántas cosas pasan en un año, parece mentira, lo rápido que pasó la boda, con el tiempo que nos llevó prepararlo todo, los trajes de los niños, tu traje, el mio lo elegí en un momento, los hombres necesitamos menos tiempo, preparar la iglesia, la lista de la boda, el menú, el viaje de luna de miel...
Al final nos salimos con la nuestra, te dije que todo iría bien, y aquí estamos, un año dándote la lata, aguantando como una campeona mis cambios tan raros de humor, con paciencia y sabiduría, con cariño y con amor, con mucho amor, de eso te sobra por los cuatro costados.
Creo que, mirando atrás, hemos tenido de casi todo, momentos dulces, amargos y muy amargos, que no han hecho más que unirnos todavía más si cabe, luchar contra lo que hemos luchado no ha sido fácil, pero juntos lo conseguimos, y si superamos esa prueba, ya todo será mucho más sencillo.
En éste tiempo me has enseñado a valorar mucho más algunas cosas de la vida, no todo es el maldito dinero, me has abierto la mente, has sacado de mi cosas que ni yo sabia que existían, me has hecho sentir valorado, abandonar la soledad en la que me encontraba y buscar nuevos proyectos de futuro juntos, algo que yo ya había abandonado.
Otras veces hemos discutido, es lo normal en cualquier matrimonio,  en algunas cosas somos bastante diferentes, y creo que eso es bueno, muy bueno, y desde estas lineas te pido perdón si alguna vez me he puesto más cabezón de lo normal, ya sabes, cosas de los Zambrano...

Siento aquí dentro, en el corazón, que la vida nos va a llevar por buen camino, el trabajo siempre da sus frutos, y nosotros estamos trabajando mucho en mantener esa complicidad, la amistad y el cariño, en mantener viva la llama de la pasión y el deseo, tan importante en la vida de una pareja.

Por eso quiero felicitarte en nuestro primer aniversario, por todo lo que me has dado, por hacerme sentir vivo, por creer en mi y en nosotros, y para que todos los años que nos queden por vivir juntos, sean tan especiales como el primer día que nos conocimos.
Y ya, aprovecho para felicitarte por tu cumpleaños, jovenzuela.
                                   
                                      TE AMO

domingo, 22 de abril de 2012

EL AULLIDO DEL LOBO

Había una vez, una niña llamada Eva, su cabello era negro como el carbón, y sus ojos oscuros como el azabache. Tenía la piel blanca como las nubes del cielo y sus labios rojos como los fresones.
Eva era una niña valiente y un tanto alocada,siempre estaba buscando aventuras, por lo que, cada vez que salía del colegio, se dirigía a su casa, comía rápidamente y salía disparada a la sierra que había cerca de su casa. Allí imaginaba que estaba en mitad de la selva, veía en su mente a monos saltando de rama en rama, en cualquier pajarillo creía ver un ave rapaz de grandes dimensiones, y así, se le pasaban las horas sin darse cuenta.

Muchos días, le acompañaba en sus aventuras su hermano David, que era un año mayor que ella. También tenía el cabello oscuro y los ojos marrones de forma almendrada. Era algo más tímido y menos alocado que su hermana. Una tarde, salieron juntos a la sierra, y de repente, escucharon a lo lejos unos fuertes aullidos de dolor. Se dirigieron rápidamente hacía el sitio donde provenía ese sonido tan escalofriante. Una vez alcanzada la cima del monte, vieron como un lobo estaba atrapado en un cepo y se retorcía de dolor. Se acercaron un poco más, y pudieron ver que tenía una pata rota, y sangraba abundantemente. Decidieron ir en busca de ayuda rápidamente. Al llegar a su casa, informaron a su padre de lo que habían visto, y éste, sin dudarlo ni un momento, salió acompañado de los niños, en busca de la ayuda de un veterinario. Cuando le encontraron, se encaminaron sin pérdida de tiempo, dirigidos por Eva y su hermano David, al lugar donde se encontraba el lobo. Conocían aquel lugar perfectamente y enseguida encontraron al pobre lobo herido. Entre el veterinario y el padre de los niños, consiguieron abrir el cepo. El veterinario taponó la herida de la pata del lobo, y se lo llevaron a su clínica. Allí más tranquilamente, entablilló la pata del lobo, y consiguió calmar los aullidos de dolor.
Eva le dijo a su padre que se llevaran al lobo a casa de su abuelita, mientras éste se reponía. A su hermano David se le ocurrió una fantástica idea. Llevarían al lobo a un parque natural que había en un pueblo cercano, y así, Eva y él, podrían ir de vez en cuando a visitarlo, en un sitio donde su nuevo amigo, estaría bien cuidado y protegido de las trampas de los cazadores.

jueves, 5 de abril de 2012

ERES TÚ



Tu cuerpo perfectamente torneado, un milagro que sólo la naturaleza, con su magia y sabiduría, sería capaz de modelar con ese gran virtuosismo, que desprende tu presencia, poesía en movimiento cuando caminas. Tus curvas y ondulaciones semejan las del monte mejor perfilado que pueda haber sobre el planeta. Poesía en movimiento eres tú. La perfección de las lineas del arco iris, el dulce azúcar de tus labios, el sabor salado de tu cuerpo, la sonrisa eterna de la luna que te acompaña, el calor del sol que desprende tu cuerpo, el suave tacto de la hierba en tus manos. Un tornado, un trueno, un relámpago, gotas de lluvia tus lágrimas. Poesía en movimiento eres tú.

viernes, 30 de marzo de 2012

SIN RETORNO

Cada día, en la soledad de mi automóvil de camino al trabajo, acompañado de un sonido de fondo por un señor que sólo se dedica a dar malas noticias, que la mayoría de las veces no logro entender, a mi cabeza y mi imaginación inquieta les cuesta permanecer en estado de reposo. Hay momentos en los que intento abstraerme de todo, obligando a mi mente a no pensar, a olvidarme del mundo que me rodea, de tener esos quince minutos de paz y quietud en los que sienta el placer de encontrarme conmigo mismo, de sentir la soledad total. Hasta ahora, nunca lo he conseguido, y estoy convencido que mientras más lo intento, peor. Me he dado cuenta que nunca podré estar solo, no sé si será bueno o malo, no sé si podré llegar a hacerlo algún día. Vienen a mi mente, sin llamarlos, pensamientos tanto positivos como negativos, ideas vanas o ideas geniales, que una vez acabado el trayecto, se difuminan para no volver.
Es así cada día. En mis cuatro trayectos de quince minutos, pienso qué sería de mi vida sin mi esposa. Si no la hubiera llegado a conocer; si aquel mal sueño que pasamos nos hubiera vencido; en el amor tan inmenso que sentimos el uno por el otro. En nuestros hijos, que, aunque de vez en cuando nos dan algún que otro disgusto, lo que siempre quedará es la alegría y el orgullo que sentimos de verlos crecer sanos y fuertes, felices, luchando cada día por sacarlos adelante.
Pienso si algún día, algún tarado, de los muchos que hay sueltos al volante, me llevará por delante, acabando con todos mis sueños, con todas las  inquietudes y planes de futuro que rondan por mi cabeza. Imagino cómo sería la vida de mis seres queridos si yo faltara, imágenes que rápidamente intento borrar de mi cabeza, para centrarme en esa línea blanca pintada en el asfalto que me lleva a mi destino.
Aquel día, como tantos otros, me despedí de mi esposa, para recorrer ese camino que ya conocía como la palma de mi mano.
― Cuando llegue te aviso, cariño, como siempre ― le dije dándole un cariñoso beso en los labios.
―De acuerdo, y no corras. Llámame ― se despidió con una suave caricia en mi rostro.

Me monté en mi coche. Arranqué, y cómo no, aquella voz que me resultaba ya tan familiar, anunciaba una huelga general para los próximos días. <<Estamos apañados>> ―Pensé.
Salí a la carretera, pensando ya en el próximo viaje que teníamos preparado para el fin de semana.

― ¡Que hijo de puta, mira que adelantar en línea continua! ¡Menudo susto me ha dado el cabronazo! Bueno, seguiré adelante, que ya falta poco. Estoy bien, tranquilo, todo ha pasado.
El viaje se me está haciendo eterno. Pero, esto que siento... Nunca lo he sentido, no pienso en nada, ¿será esto la soledad absoluta?

Suena el móvil, ¿quién será?, es mi mujer, que raro, acabo de salir.

― Ahora te llamo cuando llegue, ¿vale? ― silencio al otro lado ―.  ¿Me oyes, cariño? ― Más silencio.

viernes, 16 de marzo de 2012

A SOLAS

ADVERTENCIA: ESTE TEXTO TIENE CONTENIDO NO APTO PARA MENORES DE 18 AÑOS.


Hacía ya bastante tiempo que no conseguían quedarse un fin de semana a solas. Sus respectivos trabajos por turnos  y el cuidado de los niños, se lo impedían. Aquel fin de semana primaveral, sin haberlo planeado, todo se puso de cara. El mayor de sus dos hijos, en plena adolescencia, se iba al chalet de un compañero de clase ese mismo  viernes a la salida del instituto y no volvía hasta el domingo por la tarde. El pequeño, muy joven aún para ese tipo de aventuras, pasaría el fin de semana con su tío y sus primos en una casa rural. Esa mañana de sábado amanecieron bastante temprano, los dos juntos, solos. Prepararon unos zumos de naranja recién exprimido y unas tostadas con mantequilla y mermelada. Un par de cafés “Longos” en su máquina “Tassimo” y se sentaron en los taburetes de la mesa de la cocina. Ella se levantó, abrió la ventana. Empezó a subir la persiana lentamente.  La luz que entraba iba haciendo que su diminuto picardías de raso blanco se fuera transparentando. Él no le quitaba el ojo de encima. Notó un ligero hormigueo recorriéndole el vientre. Hacía mucho tiempo que no notaba esa sensación. Desayunaron en silencio. Parecían echar de menos las discusiones de sus hijos en la PlayStation, aquellos "mamá, mira el tato, que no me deja en paz", "papá, ven, mira que gol he marcado".....

― Me han hablado en el trabajo de un paraje por aquí cerca que con este tiempo tiene que estar precioso ―  dijo él asomado a la ventana mientras apuraba las últimas caladas a un cigarrillo―. Podíamos ir a dar una vuelta y buscarlo. ¿Qué te parece?

viernes, 9 de marzo de 2012

SIN COMENTARIOS...

Me paro a pensar, concentrado, y no encuentro la forma ni la manera de escribir alguna pequeña historia de las mías, en la que no aparezca alguna situación real, algún personaje que no haya conocido antes, algo que no tenga que ver con mis sentimientos, con mi vida privada. No sé si a todo el que escribe le pasará lo mismo, pero yo, he de reconocerlo, no sé como hacerlo... Al menos de momento.

Una cosa sí que sé, algo en mi interior ha cambiado. A mis casi cuarenta años, que ya van siendo unos poquitos, me he dado cuenta de un tiempo a esta parte que tengo la sensibilidad a flor de piel, que las lágrimas brotan en mis ojos con una facilidad que nunca antes me hubiera imaginado, me he dado cuenta que en la vida hay historias mucho más importantes que las pequeñas cosas que muchas veces llamamos problemas, tanto para bien como para mal.

Me emociono viendo cómo mi hija corre en su primera carrera, al descubrir que uno de los hijos de mi mujer, mi hijo, come los garbanzos de la misma forma que yo, me emociono viendo como mi equipo de fútbol salta al campo a disputar un partido, ¿Habré visto partidos de fútbol en mi vida? miles. Pero la sensación de ver cumplido un sueño de uno de los mios, ver esa carita sonriendo, disfrutando, gozando con lo que estaban viendo sus minúsculos ojillos, es algo que nunca había sentido, no sabía porqué pero lloraba emocionadamente.

Un problema es, cuando te dan una noticia de las que te estremecen el alma.

- Su mujer tiene un carcinoma, no se preocupe que todo va a ir bien.

Ese es un problema, y como tal hay que afrontarlo, luchando, con ánimo, sin desfallecer ni física ni psicologicamente, sirviendo de apoyo moral a la persona que en esos momentos está pasando por una de las peores experiencias de su vida, llorando cuando hace falta y otras veces sacándole la punta de humor a la historia.

Cuando se supera este problema, es cuando no encuentras palabras que puedan describir la sensación de alivio que se te mete en el alma, es como conseguir una segunda oportunidad en la vida, que solo pueden entender los que hayan conseguido superar a este enemigo.

Siempre voy a escribir lo que me dicte el corazón, no se hacerlo de otra manera, le guste a quién le guste y le pese a quién le pese.

                                       Sin comentarios....





















































martes, 28 de febrero de 2012

MENSAJE DE HUMO


 Ya no podía más. Aquél hombre se sentía hastiado. Cansado de su situación, decidió ir en busca de sus mejores armas.

        Entró en su despacho y abrió un cajón de su mesa de melamina de color nogal que nada tenía que ver con la de su antigua cas
a , una mesa hecha a medida en caoba con incrustaciones de marquetería que era una auténtica joya. De su interior sacó las armas que él mejor manejaba. Cogió una de las plumas de su colección, regalo de su nueva esposa con motivo del primer aniversario de su matrimonio y un taco de folios en los que pretendía plasmar su lucha interna para hacer desaparecer esa extraña sensación que sentía en su interior, unos sentimientos a los que no estaba acostumbrado y que le hacían sentirse mala persona.



Se encerró en su pequeño despacho, que ofrecía una apariencia recogida y limpia, tenía todo lo que necesitaba a mano. Se acomodó en su sillón de cuero negro y comenzó a descargar sobre el papel todo lo que en esos momentos sentía.


        “Quiero deshacerme de estos pensamientos nocivos que me torturan, de estas sensaciones tan extrañas para mí,
nunca he sentido esta pesadumbre que me acongoja y no me permite dejar atrás una vida que ya terminó, ¿por qué tanta maldad en tus actos? ¿Tanto rencor en tus palabras?
Libérame. No alteres mis sueños. Te veo correr hacía mí en un largo y frío pasillo, iluminado con una brillante y potente luz que me ciega la visión, te vas acercando ágilmente, ya estás aquí, puedo adivinar en tus manos un objeto que brilla y que empuñas con las dos manos levantadas, un cuchillo, noto que un sudor frío me recorre la espalda, el terror no me deja reaccionar y me quedo paralizado, cuando siento la fría y afilada hoja penetrando en mi interior, me despierto bruscamente y entre gritos de la pesadilla que cada noche se repite".

        En el interior de aquel hombre desesperado algo se iba removiendo
, sentía el reflujo en su pecho y en su garganta el sabor amargo de la bilis. Mientras escribía, las lágrimas le resbalaban por las mejillas emborronando las letras, pero le daba igual. Pretendía destruir todo lo que hubiera escrito en el fuego de la chimenea del salón y convertir sus palabras en humo para mandar un mensaje que llegara a su destinatario y hacerle comprender que su odio y su rencor no conseguirían cambiar la felicidad y el amor que había encontrado con su nueva esposa.


        "Estoy cansado y aturdido
, cada llamada de teléfono es un sin vivir, deja ya de provocarme y vejarme, de insultarme cada vez que puedes y sobre todo aquella vez que lo hiciste delante de nuestra hija, y a mi mujer, sí, esa a la que tu llamas... ¿Cómo era? esa guarra, sí, así llamas a la mujer que cuida de tu hija como si fuera la suya propia, si pudieras ver los abrazos y los besos que se dan, las confidencias entre ellas y la felicidad que siento al verlas sonreír...pero no, te obcecas y no quieres ver la realidad, ¿no puedes entender que ya se terminó y que ahora ya eres un personaje secundario en mi vida, que lo que tienes que buscar es la felicidad de esa niña que es lo más grande de nuestras vidas? ¿no puedes entender eso?. Siento rabia y necesito expulsarla de mi interior y pasar página, déjame hacerlo, no me hagas sufrir más, siempre estarás ahí, lo sé, es inevitable, pero intentemos hacer que las cosas sean sencillas, que los veinte años que estuvimos juntos queden como un buen recuerdo y no como un tiempo perdido en una vida que pasa rápido y cuando te quieres dar cuenta, voló. Tenemos una segunda oportunidad, y yo la quiero aprovechar, volver a sentir ese amor, esa pasión, esos sentimientos que un día tuvimos y ya desaparecieron para no volver”.

        Sus manos temblaban, recordaba el día en que volvió a casa de sus padres, un día triste y frío de enero. Aquella tarde salió hacía su trabajo y se despidió de su hija con un beso y un abrazo más efusivo de lo normal.

        “Mi mente ya no aguantó más, estaba enfermo, sentía una fuerte opresión en el pecho, las lágrimas brotaban de mis ojos sin saber porqué, mis brazos y piernas temblaban, sudaba a pesar del intenso frío y apenas podía respirar, era como si unas manos invisibles me apretaran el cuello, el pecho me estallaba, me monté en el coche y me dirigí a mi trabajo, al que llegué casi por inercia, como si flotara por la carretera y una vez allí supe que ya no volvería más a esa casa, la que había sido mi hogar los últimos ocho años de mi vida, en la que había sentido en los últimos tiempos la más absoluta de las soledades, ¿se puede llamar hogar a un sitio donde uno se siente como un extraño?
Estuve toda la tarde paralizado, no me atrevía a tocar ninguna máquina de mi taller, los dedos no se venden en la ferretería, por lo que me acomodé en la vieja silla de la sucia y desordenada oficina, intentando controlar mi mente y mis emociones, mientras deseaba que aquella tarde pasase sin que ningún cliente se acercara y pudiera encontrarme en aquel estado de nervios y desazón que me envolvían”.
       Pasado un tiempo, que no se  atrevería a calcular, el que llegó al taller fue su padre, que de vez en cuando se acercaba por allí, para hacer una visita y preguntarle si necesitaba ir a algún recado o lo que fuera menester.
        — Papá, llévame a casa, ya no aguanto más — me abracé a mi padre y rompí a llorar en su hombro como cuando era un niño y encontraba la protección de sus fuertes brazos.                                                                                                                                                   — Tranquilízate hijo, cuéntame que te ha pasado y no llores más — me dijo mi padre abrazándome y pasándome la mano por la espalda de arriba a abajo en un gesto de cariño.
        — Creo que te lo puedes imaginar, papá, no puedo volver con esa mujer, ya no puedo más — no podía parar de llorar y temblar, apenas podía respirar y sentía que las piernas me fallaban. 
 Venga, móntate en el coche y sosiégate, que mientras yo cierro las puertas del taller — me dijo con el cariño que solo un padre puede dar en esa situación.
Al llegar a casa de mis padres la escena volvió a repetirse, ésta vez abrazado a mi madre, mientras sollozaba entre lágrimas “mi hija, la pobre de mi hija, mi hija, que va a pasar ahora con ella”
                                                                              

        La soledad que tenía en su casa pronto finalizaría, sabía que su mujer llegaría en unos pocos minutos, y se encaminó hacia el salón con su escrito en las manos, dispuesto a quemarlo en el fuego de la chimenea, no estaba dispuesto a compartir con nadie la amargura de sus palabras. Mientras se iba deshaciendo de sus folios uno a uno, con el pensamiento y el deseo que todo lo que le corroía por dentro acabara, escuchó el tintineo de unas llaves al otro lado de la puerta, escuchó como unos pasos se acercaban por el pasillo hacía el salón mientras una voz le llamaba.

        — ¡Esposo, ya estoy en casa! — Dijo su mujer con un sonido alegre y dicharachero —. ¿Dónde estás, cariño? —  Preguntó con un susurro tierno y dulce.
         Estoy en el salón — respondió con voz nerviosa echando al fuego todos los papeles que le quedaban. Ven y arrímate al fuego que debes tener frío, ¿qué tal el trabajo?
        Aquella tarde ella no había ido a trabajar, había pedido la tarde libre para acudir a una cita muy importante, para ella la más importante de su vida.
Llegó al salón y se dieron un beso en los labios.
        — Te noto un poco nervioso, ¿te pasa algo?
         ¿Eh? no, nada, nada en especial, solo pensaba que sí sería cierto que si uno cierra los ojos muy fuerte y pide un deseo, éste se haría realidad, al menos eso es lo que me decía mi madre de pequeño, pero nunca lo puse en práctica.
         Esta tarde no he ido al trabajo — le dijo mientras se quitaba el abrigo verde que él le había regalado hacía unos días para los reyes y que tanto le había gustado —.  Y si, si lo pusimos en práctica, hace unos dos meses, ¿te acuerdas? — Le cogió las dos manos y se las pasó por su vientre —. ¿Recuerdas lo que deseamos con tanta fuerza aquella noche delante de ésta misma chimenea? La carta que escribimos los dos y que luego quemamos, dijiste que el humo de ese papel volaría tan alto que alguien de ahí arriba nos ayudaría a cumplir nuestro deseo, y se ha cumplido, aquí dentro, en mis entrañas, ha brotado una nueva vida.
        Se fundieron en un emocionado abrazo, mientras él le susurraba al oído: Ahora lo sé, mi vida, todo irá bien.                               

miércoles, 15 de febrero de 2012

SUEÑOS


Hay personas que persiguen un sueño, más o menos complicado, pero todos luchan buscando un mismo objetivo, no se rendirán hasta conseguirlo, aunque hay sueños que por mucho que anheles, nunca se podrán conseguir, todo depende de lo alto que cada cual ponga el listón a  sus deseos.
Buscamos la felicidad, el amor eterno, la pasión desenfrenada, queremos tener un trabajo estable y bien remunerado, una gran casa, el mejor coche, el último modelo de teléfono móvil… Y nunca nos acordamos de cuidar una de las cosas más importantes de nuestra vida, los amigos, los de verdad, los que tú has elegido para acompañarte en cualquier momento de tu vida, la familia te toca, los amigos los eliges tú.
Siempre he sido muy reticente con las nuevas tecnologías, hasta hace unos meses, que por la insistencia de mi mujer y mis hijos, decidimos adquirir un ordenador portátil y poner internet en casa, no lo veía muy claro, pero acepté.

viernes, 3 de febrero de 2012

Enlace Miguel - Mamen

Hoy, nos encontramos aquí para celebrar el enlace matrimonial de Mamen y Miguel. Mamen: te conozco desde hace mucho tiempo, pues todo tu vida ha transcurrido en la Calle Cervantes, en ese bar, que aunque te apellides Matamoros y Vázquez, ha dado nombre a toda tu familia, "los Manila". Sé que tu vida no ha sido un camino de rosas pues desde bien chiquinina, al trabajar tus padres fuera de casa y, por ser la mayor y mujer, has tenido que compaginar juegos, risas, estudios (fuiste una buena estudiante) con el cuidado de la casa, de tus hermanos y también de tu abuela Carmen de la cual llevas con mucho orgullo su nombre. Pero a pesar de todos "los cargos" de tu niñez, tuviste una infancia feliz que fue la base para que hoy seas una mujer fuerte, madura, trabajadora, honrada.